lunes, 20 de febrero de 2012

Spanair se queda en tierra

El cierre de Spanair ha perjudicado a sus trabajadores, que están dentro de un expediente de regulación de empleo (ERE). También afecta a sus proveedores, entre los que se encuentran la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona que habían inyectado días antes 150 millones de euros en la aerolínea. Los últimos afectados son los pasajeros que habían comprado billetes para los días posteriores a su cierre y que ascienden a más de 15.000.
El cierre de Spanair no sólo tiene efectos prácticos, también legales. El ministerio de Fomento ha iniciado un proceso en el que sancionará a Spanair por dos infracciones "muy graves". Estas infracciones son infringir la obligación de asegurar la continuidad en la prestación del servicio por un lado, y provocar la suspensión del servicio aéreo, por otro. Ambas sanciones podrían alcanzar los nueve millones de euros, pero lo más grave es que Spanair, en caso de recuperarse, podría perder la licencia para operar vuelos.
Los nueve millones de euros de sanción del Ministerio de Fomento se unirían al gran agujero con la que ya cuenta la compañía que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña cifra en unos 300 millones de euros. Sin embargo, fuentes de la aerolínea establecen esta deuda a 474 millones. De lo que deben, 260 millones se corresponden con sus accionistas. El 84,69% es con la sociedad inversora IASA y el 11,6% con SAS. Con los pasajeros que habían adquirido sus billetes entre otros afectados la deuda asciende a 214 millones de euros.
La gran deuda con la que cuenta la compañía, unida a la negativa de la Generalitat de Cataluña a prestarle más créditos son las causas de su caída unidas también al encarecimiento del precio del combustible y a la gran competencia que existe en España para volar.

Se desconoce lo que pasará con Spanair en el futuro. Tanto el sindicato de pilotos (Sepla) como la dirección de la aerolínea han solicitado el concurso de acreedores necesario para que se produzca una liquidación ordenada de las deudas. La aerolínea piensa satisfacer en primer lugar las deudas con los afectados por su cierre. En segundo lugar, si Spanair es viable, volverá a volar siempre y cuando el Ministerio de Fomento no le retire la licencia para hacerlo.
Sin embargo el cierre de Spanair no sólo tiene perjudicados sino que cuenta con efectos beneficiosos para todo el sector. El grupo IAG, formado por Iberia y British Airlines, son los que más se beneficiarán según un análisis del banco de negocios Nombra. Estos aseguran que la decisión de la empresa de poner fin a sus operaciones,"sin ser una gran sorpresa, sí supone un acontecimiento positivo para el resto de operadores".
Spanair representaba sólo el 1 por ciento de los vuelos mundiales, aunque en el mercado interior de España tenía una cuota del 14 por ciento y contaba con el 7 por ciento de los vuelos entre España y el resto de Europa.
La mayor competencia con la que contaba Spanair es Vueling, una empresa con la que se solapaba en el 47 por ciento de los vuelos. Las acciones de Vueling se dispararon en bolsa en el momento en el que se conoció la decisión de Spanair.
Pero no sólo Vueling se beneficia de la caída de Spanair sino Ryanair también aumenta sus posibilidades. Ambas compañías luchan ahora por hacerse con el control del mercado que deja Spanair en El Prat de Barcelona. A este mercado hay que unirle una flota de unos 30 aviones ha quedado aparcadas en el aeropuerto catalán. Por otro lado, en Madrid, la compañía Express, filial «low cost» de Iberia, que empezará a operar el próximo 25 de marzo podría hacerse con parte de las rutas con las que contaba Spanair. Mientras tanto Vueling y Ryanair han anunciado que darán prioridad en las entrevistas de trabajo, que harán para ampliar sus plantillas, a empleados de Spanair.
El “pastel” de Spanair está sobre la mesa y todos los comensales están listos para recoger el trozo más grande.
Montoya Martínez, Juan Antonio

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