lunes, 12 de noviembre de 2012

la esperanza es lo último que se pierde ¿o no?


Nunca me consideré un buen escritor, ni siquiera un escritor, por eso lo que estás leyendo no es un buen texto, puede que ni siquiera sea un texto porque eso es lo que hacen los escritores. Ahora que está más o menos claro que yo no soy escritor, y que esto no es un texto podríamos debatir si tú eres o no un lector, pero creo que es mejor dejarlo en un “posible lector” de un “posible texto” firmado por un “posible escritor”
No sabía muy bien que tema elegir para el “no texto” por lo que me decanté por la ausencia, la nostalgia, algo que, desgraciadamente, acompaña a muchos y me acompaña a mí últimamente. Cuando alguien muere creemos que vamos a extrañar a la persona y no creo que sea del todo cierto. Se llega a extrañar el simple hecho de hacer una llamada, o el de recibirla, es duro marcar un teléfono y que una voz te diga que ese número no existe.
Extrañar a alguien que ha fallecido es terrible, cierto, pero si lo comparamos con el hecho de extrañar a alguien vivo la cosa podría cambiar. ¿Qué es peor que el número de teléfono ya no exista o que no te quieran descolgar? Después de todo, la muerte es el fin y las cosas quedan zanjadas, no claras y, por supuesto, quedan cosas por decir, pero no hay forma de decirlas. Cuando añoras a alguien vivo las cosas no están zanjadas, mucho menos claras y no se sabe exactamente qué cosas quedan por decir, la vida se convierte en un “continuará” del que nunca se sabe muy bien cómo salir.
Ese “continuará” se llama esperanza, y es lo que verdaderamente diferencia a una ausencia de la otra. El hecho de saber que, por muy mal que estén las cosas, hay oportunidad, el mundo es un pañuelo, y el número de teléfono todavía existe. Esa esperanza es el motor de nuestras vidas muchas veces, otras es lo peor que puede pasarnos. ¿Dónde está la línea que separa la esperanza de la obsesión? Porque, no nos engañemos, todos hemos marcado compulsivamente un teléfono que no nos quería responder alguna vez.
La esperanza puede ser lo peor que puede pasarnos, es cierto, pero hay algo todavía peor, el hecho de no tenerla, el ejemplo es que fue lo que quedó en la Caja de Pandora después de que todos los males fueran liberados