martes, 29 de julio de 2014

y todo te lo dije en aquella plaza

Nos conocimos tímidamente, tú ya eras experta en esto que nos empeñamos en llamar vida, yo apenas alcanzaba la mayoría de edad. Tuvimos nuestros primeros encuentros, furtivos aunque nunca los tratamos de esconder. Después de todo, a nadie le importaban.  Luego, como si de un matrimonio a la fuerza se tratase, acabamos juntos. Reconozco que no me gustaste, que trataba de tenerte lejos, no creo que fuera la diferencia de edad, parece que tu rejuvenecías mientras yo crecía, pero algo había en ti que no acababa de cuajar, aunque, como en toda relación, fuimos estrechando lazos. No me di cuenta muy bien cómo fue, qué nos pasó, tú te empezabas a mostrar tal cual y yo empezaba a tomarte cariño No sé, digamos que empecé a tolerarte más, iba dejando que me contaminaras, me iba mezclando contigo. Pasó el tiempo y no volví a pensar en ello, no al menos hasta hoy.  ¿Y si me había enamorado? Tal vez sólo me has engatusado, tal vez el aire fresco que me das ahora no me deja pensar con claridad. Te estoy respirando, nunca das tregua,  aprietas pero no ahogas, siempre muestras una salida. Eres esquiva, cuando creo tenerte controlada, muestras una nueva cara, no siempre agradable, pero puede que eso sea lo que más me enganche a ti, no saber cómo vas a reaccionar. Das la incertidumbre y la certeza a la vez. Me haces echar raíces pero con todo el desarraigo posible. Sé que si te dejo no vas a lamentar mi ausencia, probablemente ni la notes, después de todo me he acostumbrado a compartirte con todos, es lo que tiene que nunca cierres tus puertas, que siempre te quede algo por dar, y que a los demás no nos importe compartirlo. Dicen que la poligamia no es legal, tal vez nunca te han visto como yo te veo, es un gusto recorrerte, acariciarte, a veces hasta devuelves el gesto. Nunca llegas tarde, siempre esperas, no te crees más de lo que eres porque sabes de sobra que puedes llegar a serlo todo, y que quién no se da cuenta, es porque no ha pasado el tiempo suficiente contigo. Por ti no pasa el tiempo, pasamos nosotros, engatusados, que te miramos creyendo que nos debes algo y acabamos debiéndote todo. Acompañas, nunca duermes, y es un gusto saber que siempre te voy a encontrar despierta. A veces nos permitimos encuentros furtivos, que tampoco escondemos porque sigue sin mirar nadie. Después de todo si están contigo, que no en ti, o están como yo, o están en proceso, porque nunca vas a dejar a nadie indiferente, porque contaminas hasta el último rincón, te lo adueñas, lo haces tuyo y no recupera su forma natural. No diré tu nombre pero, sin lugar a dudas, quien te probó, lo sabe.

miércoles, 13 de febrero de 2013

erase una firma en el blog Final Abierto

“No hay nada”, “¿para qué?”, “¿dónde? Aquí y ahora no…”. Todas estas frases y todas las que no he puesto desprenden una misma cosa: pesimismo. Nos hemos metido de lleno en la manida espiral de “cualquier tiempo pasado fue mejor” y no nos damos cuenta de que el mejor tiempo es el que estamos viviendo, el que tenemos que vivir. De acuerdo, hace unos años había trabajo, teníamos dinero, había oportunidades, en definitiva, la también manida “España va bien”.

No pretendo decir que está todo genial, ni que va a mejorar, ni siquiera que va ser igual que antes. Las cosas cambian, eso está claro, lo único que tenemos que aceptar es que el tiempo ha cambiado y en vez de no salir porque llueve, coger el paraguas porque está lloviendo. Las sociedades han superado innumerables crisis, y uno de los factores para que lo lograran era que mantenían viva la ilusión, no perdían la esperanza, miraban la situación a la cara y le decían que,a pesar de todo, saldremos adelante.

Creo que, en esta época de recortes, el mayor que hemos sufrido es el del optimismo. Nos encontramos día a día con mermas en las cuestiones sociales, despidos, desahucios, corrupción, injusticias… y en vez de mirar estas cosas a la cara, dejamos que poco a poco vayan minando nuestra moral y nos encontremos inmersos en una situación de hastío vital, de apatía o de resignación.

Lo que pretendo día a día, y también con este texto, es despertar conciencias, entre ellas la mía, no para manifestarse o acampar en la Puerta del Sol, que también, sino para que nos demos cuenta de que, seamos jóvenes o no, tenemos toda la vida por delante. El camino fácil, el que nos venden diariamente en los medios de comunicación y el que impera actualmente es el de que nos quedemos sentados viendo la vida pasar y esperar a que todo se arregle. El camino difícil, pero el más gratificante, es el de ser dueños de nuestras propias vidas, mirar todos los desencantos cotidianos con los que nos encontramos y pensar que se nos están cerrando miles de puertas pero somos nosotros mismos los que vamos a abrir tantas ventanas como sean posibles y necesarias.

Todas aquellas cosas negativas que nos pasan se sobrellevan mejor si lo hacemos sin perder la sonrisa, ni siquiera en los momentos de flaqueza. Seamos sinceros, sobre todo con nosotros mismos, las cosas más importantes de nuestras vidas no están en crisis. Todos tenemos familia, amigos o pareja, entre otras cosas, y cuando algo malo les pasa a ellos es cuando sufrimos de verdad. No dejemos que la quiebra de un sistema económico, con todo lo que está arrastrando consigo, logre arrastrarnos a nosotros también. Es el momento de mirar todo lo bueno que nos ofrece la vida, es el momento de apasionarnos con las pequeñas cosas, es el momento de enamorarnos de cada uno de los rayos de Sol que se cuelan por las ventanas, de tomar aire y disfrutarlo, de VIVIR, con mayúsculas, porque todo lo que no vivamos ahora es todo lo que no viviremos nunca.

Si echamos la vista atrás vamos a encontrarnos con inmensos imperios que han caído, con conquistas y reconquistas, innumerables guerras civiles, dos guerras mundiales, guerras de unos contra otros y de otros contra unos, el Crack del 29, incendios, terremotos, atentados… si todos los que estaban entonces pudieron seguir adelante, no nos engañemos, nosotros también podremos. Lo único que tenemos que hacer es querer seguir adelante, nosotros elegimos si nos dejamos arrastrar por la vida o si la vivimos con todos sus pros y, sobre todo, con todas sus contras. No nos olvidemos de que las grandes élites, aquellas que mueven el mundo dependiendo de sus intereses, prefieren una sociedad pasiva que se deje llevar a una sociedad que piense por sí misma.

Seamos únicos, libres, revolucionarios, rompamos moldes, cambiemos el mundo y no dejemos que él nos cambie a nosotros, aprovechemos el momento, disfrutemos al máximo de todo aquello que tenemos delante; si te fijas bien, lo mejor de la vida es gratis, hagámosle caso a la gran Janis Joplin: “Aquí estoy, amigo, para celebrar una fiesta, la mejor posible mientras viva en la tierra. Creo que ese es también tu deber.”

domingo, 27 de enero de 2013

Amanece


No me des más noches, dame amaneceres, noches he tenido bastantes, en vela, sin ti. Dame amaneceres porque la mayoría los he pasado durmiendo, solo, sin ti. Necesito compartir la cama, la almohada no, ya sabes que esa es sólo mía, como tú, cuando te dejas. dame amaneceres como este, con su noche, con su día, con la persiana a medio abrir, y el ruido de los coches que parecen arpas si estás cerca. Dame amaneceres como el primero, sin ropa, sin saliva pero con ganas, amanecer es distinto si no somos dos sino uno. Dame amaneceres toda la vida, la que estamos consumiendo como se consume ese cigarro que hemos olvidado para fumarnos a nosotros. Dame amaneceres eternos antes de que nos llegue la noche eterna, esa que moriremos juntos, y ya que moriremos vivamos ahora, que ya ha amanecido…

domingo, 20 de enero de 2013

De carne y hueso...


 Por fin llega, después de la rabia, la indiferencia, el intento de olvido… no importa cuánto nos escondamos, lo que nos tiene que pasar y, sobre todo, lo que tenemos que pasar termina por encontrarnos cuando menos lo esperemos y cuando  creamos que ya ha pasado el tiempo necesario, y nuestra huida ha sido perfecta. No podemos huir de aquello que nos hace ser quienes somos. A veces, lo que más deseamos sentir, lo único que esperamos pasar y lo que más necesitamos es el dolor. No es ser masoquistas, es ser seres humanos…

lunes, 12 de noviembre de 2012

la esperanza es lo último que se pierde ¿o no?


Nunca me consideré un buen escritor, ni siquiera un escritor, por eso lo que estás leyendo no es un buen texto, puede que ni siquiera sea un texto porque eso es lo que hacen los escritores. Ahora que está más o menos claro que yo no soy escritor, y que esto no es un texto podríamos debatir si tú eres o no un lector, pero creo que es mejor dejarlo en un “posible lector” de un “posible texto” firmado por un “posible escritor”
No sabía muy bien que tema elegir para el “no texto” por lo que me decanté por la ausencia, la nostalgia, algo que, desgraciadamente, acompaña a muchos y me acompaña a mí últimamente. Cuando alguien muere creemos que vamos a extrañar a la persona y no creo que sea del todo cierto. Se llega a extrañar el simple hecho de hacer una llamada, o el de recibirla, es duro marcar un teléfono y que una voz te diga que ese número no existe.
Extrañar a alguien que ha fallecido es terrible, cierto, pero si lo comparamos con el hecho de extrañar a alguien vivo la cosa podría cambiar. ¿Qué es peor que el número de teléfono ya no exista o que no te quieran descolgar? Después de todo, la muerte es el fin y las cosas quedan zanjadas, no claras y, por supuesto, quedan cosas por decir, pero no hay forma de decirlas. Cuando añoras a alguien vivo las cosas no están zanjadas, mucho menos claras y no se sabe exactamente qué cosas quedan por decir, la vida se convierte en un “continuará” del que nunca se sabe muy bien cómo salir.
Ese “continuará” se llama esperanza, y es lo que verdaderamente diferencia a una ausencia de la otra. El hecho de saber que, por muy mal que estén las cosas, hay oportunidad, el mundo es un pañuelo, y el número de teléfono todavía existe. Esa esperanza es el motor de nuestras vidas muchas veces, otras es lo peor que puede pasarnos. ¿Dónde está la línea que separa la esperanza de la obsesión? Porque, no nos engañemos, todos hemos marcado compulsivamente un teléfono que no nos quería responder alguna vez.
La esperanza puede ser lo peor que puede pasarnos, es cierto, pero hay algo todavía peor, el hecho de no tenerla, el ejemplo es que fue lo que quedó en la Caja de Pandora después de que todos los males fueran liberados

viernes, 14 de septiembre de 2012

Dos meses y un día..


No creer o no querer algo no lo convierte menos real. Las ausencias se notan y, como casi todo lo importante, en las cosas más pequeñas. Añorar y olvidar a una persona puede ser fácil, olvidar su voz, las arrugas de su cara, la cicatriz de su frente, sus brazos, sus manos, el sonido de sus pasos, el sonido de su risa, sus gritos, sus besos, sus te quiero y sobre todo sus no te quiero, porque no lo decía, nunca lo decía, y como casi siempre, no hacía falta. Olvidar esas cosas es más difícil.
Resulta extraño echar de menos una despedida, una llamada tempranera, a la que casi nunca respondía, sus llamadas, el momento en el que te lo decía todo con una sola mirada…
Seguir adelante, no buscar explicaciones, no querer dar marcha atrás… es lo recomendable, la rabia, el buscar culpables donde no los hay, esconderse, huir, incluso hacer como si no hubiera pasado, no hubieses existido, y, por supuesto, no hubieses muerto sería aquello que todo el mundo desaconsejaría. Claro que ¿quién es todo el mundo cuando se te va un pilar fundamental, un motor, gran parte de las ganas de seguir adelante sólo porque sabes que te mira desde atrás?
El mundo se nos desmorona una y otra vez, una vez me dijeron que la madurez es aceptar, recordar lo mejor y seguir viviendo. Puedo ser cobarde, incluso inmaduro, no me importaría que me tacharan de todo eso porque no lo acepto, nos quedaban cosas por decir, me quedaban “bombocetes” por decir, te quedaban “luceretes” por decir, nos quedaban días y noches, veranos e inviernos por vivir juntos, como siempre hacíamos.
Me falta oír el sillón moverse tras tocar el timbre, la servilleta en el cuello, repetirte mil veces lo mismo, que me preguntes cuando voy o hasta cuando me quedo, que me cuentes las mismas historias, repetir otras mil veces nuestros temas, sacar todo lo que no nos dijimos, 20 años no es nada, han pasado mucho más rápido de lo que pasarán los 20 siguientes sólo porque no estarás.
A veces te guardo rencor, sólo porque sé que tus ganas de irte y mis ganas de que te quedaras no eran las mismas, sólo porque no hubo tiempo para las despedidas, sólo porque ya no hay rencuentros, sólo porque me faltas y no sé vivir así. Te sueño, aún pienso en llamarte, creo que voy a verte, no me hago a la idea y me molesta que no estés para decírmelo. No sé pensar en el futuro sin verte en él, no sé vivir este presente sin que me acompañes…
Ha llegado septiembre, y como siempre te compré almendras el día 7, pero este año, la mayor novedad, es que no olvidé que tu cumpleaños es el 14…

viernes, 23 de marzo de 2012

Racismo, nuestra cuenta pendiente

Un hom

Un hombre vestido de negro y con un casco de motorista fue el encargado de acabar con la vida de tres niños y un hombre judíos en Toulouse, al sur de Francia. El ataque, que también se saldó con varios heridos, se produjo en un colegio judío. Según las versiones de los testigos y fuentes oficiales, el autor de este crimen podría ser el mismo que asesinó a tres paracaidistas de origen magrebí, que formaban parte del ejército francés, unos días antes también en el sur de Francia. El autor fue abatido por la Policía días después y tras una noche de apagones y explosiones.

La violencia racista en Francia no ha parado de crecer y según fuentes oficiales hay más de 1000 actos racistas anuales en dicho país. Los más radicales profanan tumbas judías o musulmanas con inscripciones agresivas, lanzan cócteles Molotov contra escuelas judías, atacan a magrebíes e incluso cometen asesinatos como los de los últimos días.

A raíz del estallido de violencia antisemita que tuvo lugar entre los años 2000 y 2005, 145 escuelas y guarderías judías, 198 asociaciones y 235 sinagogas reciben protección policial especial y, sobre todo, visible en varios barrios de París. En esta ciudad las fuerzas de seguridad francesas también se encargan de proteger todos los establecimientos comerciales regentados por judíos.

Pero Francia no es el único país en el que se observa un aumento progresivo pero preocupante del racismo. Alemania volvía a ser noticia por el descubrimiento de nuevas células neonazis hace unos meses. Estas células siguen una ideología ultra derechista que fue la responsable del Holocausto que provocó la muerte de millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial. A una de estas células se le atribuye el asesinato de ocho personas turcas y una griega entre los años 2000 y 2006 junto con el asesinato de una policía en 2007. Esta banda también podría ser la responsable del atentado que causó al menos una veintena de heridos turcos en 2004.

Ante este aumento del racismo en Alemania, cuya canciller, Angela Merkel, ha calificado como “una vergüenza para el país” y tras desarticular la banda ya mencionada, se ha empezado a realizar un registro nacional sobre estas células para evitar que se formen nuevas y que realicen actos violentos. A pesar de ello Alemania cuenta con más de 10.000 neonazis considerados violentos.

En Estados Unidos también se observa un aumento considerable del racismo y de los crímenes racistas, en especial aquellos que van dirigidos hacia personas musulmanas que, según el FBI, han aumentado más de un 50%. El FBI también asegura que el número de incidentes racistas o de odio ascendía en 2010 a más de 6.600 casos, de los cuales cerca del 50% estuvieron motivados por odio racial y alrededor del 20% por motivos religiosos.

A pesar de los avances que se han llevado a cabo para erradicar el racismo, con la crisis económica distintos gobiernos han emprendido medidas poco sociales. Francia vuelve a ser un ejemplo ya que desde 2010 se han realizado distintas expulsiones de personas extranjeras por “no cumplir las leyes francesas”. Esta actuación racista, que acaparó la atención mediática de todo el mundo, no se saldó con ningún expediente a Francia por parte de la Comisión Europea.

Italia también aprobó una ley que prohíbe la inmigración clandestina. Esta ley recoge que el hecho de alquilar una vivienda a un inmigrante clandestino u ofrecerle hospedaje podría ser sancionado con penas de hasta tres años de cárcel. El inmigrante se enfrentaría a la expulsión inmediata del país y a multas que pueden ascender hasta los 10.000 euros.

España tampoco escapa de este aumento del racismo. Distintos medios se han hecho eco de las continuas redadas racistas que tienen lugar, sobre todo, en el madrileño barrio de Lavapiés. En estas redadas la Policía efectúa controles e identificaciones a las personas que transitan por dicho barrio en función del color de su piel. En una de las últimas, la actuación policial se saldó con varios detenidos, entre ellos algunos españoles que salieron a la calle a protestar por tal acto racista.

Todo parece indicar que nos estamos alejando de aquellos ideales que lucharon por defender personas como Martin Luther King para adentrarnos en un futuro incierto en el que vuelva a primar el color de la piel.


Montoya Montoya Martínez Juan Antonio