sábado, 4 de febrero de 2012

La cultura del maltrato animal

No hay datos precisos de cuantos animales mueren al año a causa del maltrato del ser humano. A pesar de ello, no es extraño ver en algún telediario imágenes impactantes sobre personas que matan animales y suben los vídeos a Internet. Estos actos están penados y suelen contar con el rechazo social. Sin embargo, existen muchos actos de maltrato animal, que también aparecen en televisión y que pasan más desapercibidos. Los defensores de estos actos esconden bajo el nombre de la cultura o la tradición el sufrimiento de animales indefensos.
Las corridas de toros son el ejemplo más característico. El animal recibe una tortura previa a la muerte. Las autoridades, lejos de castigar estos actos, crean premios. El ejemplo más claro es el Premio Nacional de Tauromaquia, creado por el Ministerio de Cultura en noviembre de 2011. El ganador de cada año recibirá 30.000 euros, mientras el perdedor, que siempre es el toro, sólo recibirá la muerte. El Gobierno de entonces defendía este premio ya que considera la tauromaquia como una actividad "digna del fomento y la protección de la cultura"
El toro no es el único animal maltratado en las corridas. El caballo que montan los picadores suele sufrir quebraduras de costillas o, incluso, destripamientos además de numerosas heridas externas camufladas con la albarda. Otros ejemplos de maltrato a toros en España lo podemos encontrar en el Toro de la Vega o el Toro Embolao.
No sólo los toros son maltratados en España bajo el nombre de la tradición. Un ejemplo es la suelta de patos de Sagunto, en Valencia, a pesar de la prohibición establecida en 2006 por el Tribunal Superior de Justicia valenciano. Esta práctica, que se desarrolla desde hace 60 años, consiste en que los participantes intenten atrapar patos domésticos y luego lanzarlos desde un barco.
Otra modalidad de maltrato a los animales es el tiro de codorniz a tubo o de tiro a pichón a brazo. En estas modalidades se les suele arrancar parte del plumaje a los animales antes de que sean el blanco de los disparos de los participantes.
Pero España no es el único país que tortura a los animales. En Dinamarca, en las Islas Feroe, se asesina a los calderones cuando llegan a las costas. Los animales están en pleno proceso migratorio y se encuentran con una masa de personas que tiñen el mar de rojo con su sangre.
En Chile se lleva a cabo el rodeo. En esta práctica, dos jinetes persiguen, arrean y acorralan a un novillo en tres oportunidades. Según las normas, cada embestida contra el novillo debe darse en un punto bien definido del tronco del animal. Depende de dónde se dé este golpe, se asignarán diferentes puntos.
Otro ejemplo pueden ser las peleas de perros o de gallos, que, aunque si están perseguidas, suelen convertirse en una red de apuestas en las que todo vale, excepto la vida del animal.
Pese a todo, UNESCO y las Naciones Unidas establecieron unos parámetros en octubre de 1978 en cuanto a los Derechos de los animales. En ellos se recogía que todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia. El hombre no puede exterminar ni explotar a los otros animales. Estos derechos también establecen que todo animal de trabajo tendrá una limitación del tiempo e intensidad de la jornada. Además de contar con una alimentación reparadora y con reposo. Y el más importante es que ningún animal será sometido a malos tratos ni a actos crueles.
Sin embargo, a pesar de la buena intención de estos derechos, su incumplimiento deja en entredicho a numerosos países que pertenecen a ambos organismos. Los países lo incumplen pero tampoco existen sanciones por ello. Es evidente que existe una contradicción entre la legalidad o no del maltrato animal. Esta dualidad también se da en la opinión social, ya que todos castigan a los que graban maltratos pero sólo una porción de la población lo hace con estas tradiciones. Por lo que parece que la única solución que le queda a estos animales para sobrevivir es escaparse de la tradición o de la cultura
Montoya Martínez, Juan Antonio

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