miércoles, 13 de febrero de 2013

erase una firma en el blog Final Abierto

“No hay nada”, “¿para qué?”, “¿dónde? Aquí y ahora no…”. Todas estas frases y todas las que no he puesto desprenden una misma cosa: pesimismo. Nos hemos metido de lleno en la manida espiral de “cualquier tiempo pasado fue mejor” y no nos damos cuenta de que el mejor tiempo es el que estamos viviendo, el que tenemos que vivir. De acuerdo, hace unos años había trabajo, teníamos dinero, había oportunidades, en definitiva, la también manida “España va bien”.

No pretendo decir que está todo genial, ni que va a mejorar, ni siquiera que va ser igual que antes. Las cosas cambian, eso está claro, lo único que tenemos que aceptar es que el tiempo ha cambiado y en vez de no salir porque llueve, coger el paraguas porque está lloviendo. Las sociedades han superado innumerables crisis, y uno de los factores para que lo lograran era que mantenían viva la ilusión, no perdían la esperanza, miraban la situación a la cara y le decían que,a pesar de todo, saldremos adelante.

Creo que, en esta época de recortes, el mayor que hemos sufrido es el del optimismo. Nos encontramos día a día con mermas en las cuestiones sociales, despidos, desahucios, corrupción, injusticias… y en vez de mirar estas cosas a la cara, dejamos que poco a poco vayan minando nuestra moral y nos encontremos inmersos en una situación de hastío vital, de apatía o de resignación.

Lo que pretendo día a día, y también con este texto, es despertar conciencias, entre ellas la mía, no para manifestarse o acampar en la Puerta del Sol, que también, sino para que nos demos cuenta de que, seamos jóvenes o no, tenemos toda la vida por delante. El camino fácil, el que nos venden diariamente en los medios de comunicación y el que impera actualmente es el de que nos quedemos sentados viendo la vida pasar y esperar a que todo se arregle. El camino difícil, pero el más gratificante, es el de ser dueños de nuestras propias vidas, mirar todos los desencantos cotidianos con los que nos encontramos y pensar que se nos están cerrando miles de puertas pero somos nosotros mismos los que vamos a abrir tantas ventanas como sean posibles y necesarias.

Todas aquellas cosas negativas que nos pasan se sobrellevan mejor si lo hacemos sin perder la sonrisa, ni siquiera en los momentos de flaqueza. Seamos sinceros, sobre todo con nosotros mismos, las cosas más importantes de nuestras vidas no están en crisis. Todos tenemos familia, amigos o pareja, entre otras cosas, y cuando algo malo les pasa a ellos es cuando sufrimos de verdad. No dejemos que la quiebra de un sistema económico, con todo lo que está arrastrando consigo, logre arrastrarnos a nosotros también. Es el momento de mirar todo lo bueno que nos ofrece la vida, es el momento de apasionarnos con las pequeñas cosas, es el momento de enamorarnos de cada uno de los rayos de Sol que se cuelan por las ventanas, de tomar aire y disfrutarlo, de VIVIR, con mayúsculas, porque todo lo que no vivamos ahora es todo lo que no viviremos nunca.

Si echamos la vista atrás vamos a encontrarnos con inmensos imperios que han caído, con conquistas y reconquistas, innumerables guerras civiles, dos guerras mundiales, guerras de unos contra otros y de otros contra unos, el Crack del 29, incendios, terremotos, atentados… si todos los que estaban entonces pudieron seguir adelante, no nos engañemos, nosotros también podremos. Lo único que tenemos que hacer es querer seguir adelante, nosotros elegimos si nos dejamos arrastrar por la vida o si la vivimos con todos sus pros y, sobre todo, con todas sus contras. No nos olvidemos de que las grandes élites, aquellas que mueven el mundo dependiendo de sus intereses, prefieren una sociedad pasiva que se deje llevar a una sociedad que piense por sí misma.

Seamos únicos, libres, revolucionarios, rompamos moldes, cambiemos el mundo y no dejemos que él nos cambie a nosotros, aprovechemos el momento, disfrutemos al máximo de todo aquello que tenemos delante; si te fijas bien, lo mejor de la vida es gratis, hagámosle caso a la gran Janis Joplin: “Aquí estoy, amigo, para celebrar una fiesta, la mejor posible mientras viva en la tierra. Creo que ese es también tu deber.”

domingo, 27 de enero de 2013

Amanece


No me des más noches, dame amaneceres, noches he tenido bastantes, en vela, sin ti. Dame amaneceres porque la mayoría los he pasado durmiendo, solo, sin ti. Necesito compartir la cama, la almohada no, ya sabes que esa es sólo mía, como tú, cuando te dejas. dame amaneceres como este, con su noche, con su día, con la persiana a medio abrir, y el ruido de los coches que parecen arpas si estás cerca. Dame amaneceres como el primero, sin ropa, sin saliva pero con ganas, amanecer es distinto si no somos dos sino uno. Dame amaneceres toda la vida, la que estamos consumiendo como se consume ese cigarro que hemos olvidado para fumarnos a nosotros. Dame amaneceres eternos antes de que nos llegue la noche eterna, esa que moriremos juntos, y ya que moriremos vivamos ahora, que ya ha amanecido…

domingo, 20 de enero de 2013

De carne y hueso...


 Por fin llega, después de la rabia, la indiferencia, el intento de olvido… no importa cuánto nos escondamos, lo que nos tiene que pasar y, sobre todo, lo que tenemos que pasar termina por encontrarnos cuando menos lo esperemos y cuando  creamos que ya ha pasado el tiempo necesario, y nuestra huida ha sido perfecta. No podemos huir de aquello que nos hace ser quienes somos. A veces, lo que más deseamos sentir, lo único que esperamos pasar y lo que más necesitamos es el dolor. No es ser masoquistas, es ser seres humanos…