viernes, 23 de marzo de 2012

Racismo, nuestra cuenta pendiente

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Un hombre vestido de negro y con un casco de motorista fue el encargado de acabar con la vida de tres niños y un hombre judíos en Toulouse, al sur de Francia. El ataque, que también se saldó con varios heridos, se produjo en un colegio judío. Según las versiones de los testigos y fuentes oficiales, el autor de este crimen podría ser el mismo que asesinó a tres paracaidistas de origen magrebí, que formaban parte del ejército francés, unos días antes también en el sur de Francia. El autor fue abatido por la Policía días después y tras una noche de apagones y explosiones.

La violencia racista en Francia no ha parado de crecer y según fuentes oficiales hay más de 1000 actos racistas anuales en dicho país. Los más radicales profanan tumbas judías o musulmanas con inscripciones agresivas, lanzan cócteles Molotov contra escuelas judías, atacan a magrebíes e incluso cometen asesinatos como los de los últimos días.

A raíz del estallido de violencia antisemita que tuvo lugar entre los años 2000 y 2005, 145 escuelas y guarderías judías, 198 asociaciones y 235 sinagogas reciben protección policial especial y, sobre todo, visible en varios barrios de París. En esta ciudad las fuerzas de seguridad francesas también se encargan de proteger todos los establecimientos comerciales regentados por judíos.

Pero Francia no es el único país en el que se observa un aumento progresivo pero preocupante del racismo. Alemania volvía a ser noticia por el descubrimiento de nuevas células neonazis hace unos meses. Estas células siguen una ideología ultra derechista que fue la responsable del Holocausto que provocó la muerte de millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial. A una de estas células se le atribuye el asesinato de ocho personas turcas y una griega entre los años 2000 y 2006 junto con el asesinato de una policía en 2007. Esta banda también podría ser la responsable del atentado que causó al menos una veintena de heridos turcos en 2004.

Ante este aumento del racismo en Alemania, cuya canciller, Angela Merkel, ha calificado como “una vergüenza para el país” y tras desarticular la banda ya mencionada, se ha empezado a realizar un registro nacional sobre estas células para evitar que se formen nuevas y que realicen actos violentos. A pesar de ello Alemania cuenta con más de 10.000 neonazis considerados violentos.

En Estados Unidos también se observa un aumento considerable del racismo y de los crímenes racistas, en especial aquellos que van dirigidos hacia personas musulmanas que, según el FBI, han aumentado más de un 50%. El FBI también asegura que el número de incidentes racistas o de odio ascendía en 2010 a más de 6.600 casos, de los cuales cerca del 50% estuvieron motivados por odio racial y alrededor del 20% por motivos religiosos.

A pesar de los avances que se han llevado a cabo para erradicar el racismo, con la crisis económica distintos gobiernos han emprendido medidas poco sociales. Francia vuelve a ser un ejemplo ya que desde 2010 se han realizado distintas expulsiones de personas extranjeras por “no cumplir las leyes francesas”. Esta actuación racista, que acaparó la atención mediática de todo el mundo, no se saldó con ningún expediente a Francia por parte de la Comisión Europea.

Italia también aprobó una ley que prohíbe la inmigración clandestina. Esta ley recoge que el hecho de alquilar una vivienda a un inmigrante clandestino u ofrecerle hospedaje podría ser sancionado con penas de hasta tres años de cárcel. El inmigrante se enfrentaría a la expulsión inmediata del país y a multas que pueden ascender hasta los 10.000 euros.

España tampoco escapa de este aumento del racismo. Distintos medios se han hecho eco de las continuas redadas racistas que tienen lugar, sobre todo, en el madrileño barrio de Lavapiés. En estas redadas la Policía efectúa controles e identificaciones a las personas que transitan por dicho barrio en función del color de su piel. En una de las últimas, la actuación policial se saldó con varios detenidos, entre ellos algunos españoles que salieron a la calle a protestar por tal acto racista.

Todo parece indicar que nos estamos alejando de aquellos ideales que lucharon por defender personas como Martin Luther King para adentrarnos en un futuro incierto en el que vuelva a primar el color de la piel.


Montoya Montoya Martínez Juan Antonio

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