lunes, 29 de noviembre de 2010

la caja de Pandora...

Hemos crecido en la máxima de “lo que mal empieza mal acaba”, “las cosas pueden ir a peor” o “las autoridades sanitarias advierten que el tabaco perjudica gravemente la salud”. Pero en cuestiones que nos afectan sentimentalmente no hay citas que seguir ni consejos a los que hacer caso. Si las cosas se han torcido ya en más de una ocasión, y tras varios intentos por enderezarlos, incluso utilizando una caña, se han torcido, el principio de un nuevo intento puede parecer fructífero, pero es posible que sólo esté creciendo torcido ¿por qué nos empeñamos en continuar?, ¿qué es peor, el dolor de terminar, o la tortura de continuar?. Cuando las cosas se ven desde fuera, y es tan fácil decir “déjalo”, “aléjate”, o simplemente, “huye” desde dentro todas estas palabras significan “continúa todo esto es para desconcertarte un poco más, pero continúa”. Es posible que aquel que dijo por primera vez “mal acaba lo que mal empieza” sólo estuviera en una de esas tortuosas crisis de pareja, viera el mundo gris y quisiera quitarle las esperanzas a sus pobres seguidores. O tal vez no fuera tan malvado y sólo quisiera prevenirnos y hacernos huir, alejarnos, dejarlo… pero si no intentamos las cosas ¿cómo sabemos que iban a salir mal?, por lo menos sabemos que dentro de la caja de Pandora, cuando todos los males posibles habían escapado quedaba la esperanza ¿y si cada relación de pareja fuera una caja de Pandora? Esto simplificaría mucho las cosas, sabríamos a ciencia cierta que no importa lo que duré la tormenta, porque después, sin duda, llegaría la calma. Puede que debiéramos hablar con las autoridades sanitarias y decirles que hacen muy bien en preocuparse de nuestra salud física, pero ¿Qué pasa con la sentimental? Puede que lo mejor fuera que en cada caja de condones nos dijeran “las autoridades sanitarias advierten que estar enamorado perjudica gravemente la salud sentimental” pero ¿Qué nos perjudica más, el amor o la falta de él? Numerosas dudas acechan a todas esas personas que no saben que hacer, no saben si hablar, no saben si callar, no saben si intentarlo una vez más… ¿Cuántos intentos nos son necesarios para saber que no va a funcionar? ¿Cuánto tiempo es necesario para que dejemos de esperar a esa persona?...puede que no tenga la suficiente experiencia para contestar a estas preguntas, pero una cosa es segura, sólo hay una cosa peor que intentarlo, y esa cosa es no hacerlo…

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